Los piratas somalíes han perpetrado secuestros en 23 ocasiones en el 2008, raptando todo tipo de barcos desde pesqueros hasta mercantes, lo que ha provocado enérgica indignación en el mundo. El Consejo de Seguridad de la ONU ha aprobado una resolución de sanción contra los piratas somalíes. Europa y Rusia han enviado buques de guerra para intensificar el patrullaje y el ataque contra los piratas en los mares frente a la costa de Somalia. ¿Qué vida llevan los más de 1000 piratas somalíes que han cometido tantos crimenes?
De acuerdo con las estadísticas del Buró Marítimo Internacional, los raptores somalíes secuestraron cinco embarcaciones de diversos países solo en diez días, del 7 al 16 de noviembre, lo que ha causado una grave amenaza al transporte marítimo del mundo. Los altos rescates permiten a los piratas llevar una vida lujosa. El buque carguero Sirius Star, de la compañía petrolera de Arabía Saudita, ha sido secuestrdo por los piratas somalíes. Se trata de la embarcación más grande raptada, de 330 metros de eslora y con una capacidad de carga de 318 mil toneladas, o sea, 2 millones de barriles de crudo (cifra equivalente a una cuarta parte de la producción diaria de petróleo del país árabe). 25 tripulantes estaban a bordo de El Sirius Star, cuyo valor total alcanza los 200 millones de dólares. Los piratas pidieron un rescate de 10 millones de dólares al dueño del barco. Según se calcula, los raptores han conseguido 3 millones de dólares en forma de rescate en 2008.
Una Fragata Española escolta al barco atunero Playa de Bakio rumbo a las islas Seychelles, tras ser liberado este barco por sus secuestradores en aguas de Somalia.
La miseria les obliga a piratear.
Somalia, ubicada al extremo oriental de la Península de Somalia colindante con el golfo Adém al Norte y con el Indico al Este, se encuentra en una posición muy importante en la comunicación entre Asia, Africa y Europa y entre el Pacífico, El Atlántico y el Indico. Sin embargo, la buena posición geográfica no sirve nada para aliviar la pobreza del país. Desde 1991, año en que se derrumbó el regimen de Mohammad Siad, Somalia se encuentra a la deriva sin gobierno efectivo en el poder debido a las guerras civiles entre diversos grupos militares. Las mediaciones internacionales en 12 ocasiones resultaron en vano.
El buque Sirius star fue liberado por pirates somalies mediante un pago millonario. Durante los últimos 17 años, las guerras civiles han empeorado el orden público, hecho subir los precios y causado la escasez en el suministro de artículos de primeras necesidades. Los habitantes han quedado sin la garantía de la subsistencia. E incluso, el 75 % de la población no tiene agua potable segura. En 2002, la expectación de vida de la población fue de 47 años. El 25,8 % de los niños menores de cinco años sufría de la desnutrición. La mortalidad de los bebés recién nacidos alcanzó el 25 %. Somalia no tiene ferrocarril y el transporte terrestre depende de las carreteras. Los medios de transporte son automóbiles y camellos. Los aeropuertos del país están en condiciones precarias.
No pocos somalíes han apostado por la piratería para ganar la vida. Al parecer, el rapto sirve de “industria pilar” para el país. Los piratas, que gastan sin consuelo el dinero raptado, son “admirados” por sus compatriotas, razón por la cual, cada vez más somalíes han participado en estas actividades arriesgadas. Como resultado, más y más barcos han sido secuestrados.
No hay otro remedio sino alejarse de la zona de los piratas.
Según la organización RECAAP, hay en Somalia unos mil piratas empeñados en el secuestro de barcos además de otros encargados de negociación, intendencia, adquisición de armas, entrenamiento del personal y recogida de informaciones. La lucha contra los piratas es un problema muy espinoso para la comunidad internacional.
Para evitar el acoso de los piratas, algunas compañías optan por otras vías marítimas como por ejemplo, viajan a Europa por el cabo de Buena Experanza en el sur de Africa, lo que aumenta el coste en un 40 % y también afecta el ingreso de tarifa por el pasaje del canal de Suez.
Algunos países han enviado buques de guerra para enfrentarse a los piratas, que son difícilmente identificados bajo el disfraz de pesqueros. Para proteger a los rehenes, los dueños de los barcos secuestrados siempre han optado por pagar el rescate. Generalmente los piratas somalíes, que no persiguen objetos políticos sino el dinero, no perjudican a los rehenes, pero, piden cada vez mayor rescate.
Según los analistas, al parecer la resolución de la piratería dependería de la recuperación de la estabilidad social en Somalia, su desarrollo económico y el mejoramiento de la vida de su pueblo.
Fuente: Peopledaily
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