viernes, mayo 31, 2013

" Tecnología Mexicana para la producción de Biodiésel "


     El biodiésel es un biocombustible líquido que se obtiene a partir de lípidos naturales como aceites vegetales o grasas animales, con o sin uso previo, mediante procesos industriales de esterificación y transesterificación, y que se aplica en la preparación de sustitutos totales o parciales del petrodiésel o gasóleo obtenido del petróleo. El biodiésel puede mezclarse con gasóleo procedente del refinado del petróleo en diferentes cantidades. 
 De un proyecto de investigación escolar impulsado por la osadía de un chaval de 17 años nació en 2008 la que hoy es la tecnología para la generación de biocombustibles con la que funciona el 80 por ciento de las plantas mexicanas de biodiésel. 
Este chico se llama Daniel Gómez, hoy tiene 22 años y dirige la expansión comercial a Estados Unidos de "Solben", la empresa que fundó como continuación de su proyecto para "desarrollar tecnología mexicana de alta calidad para producir energías alternativas con las que realizar la transición hacia una economía baja en carbono", según sus propias palabras.
   Estos objetivos parecen hoy un poco más cercanos, dadas las cifras de adopción del sistema de las que hace gala la empresa. Sin embargo, cuando Gómez inició su proyecto encontró en México un mercado del biodiesel dividido en dos escenarios con planteamientos muy alejados entre sí. "Por un lado estaban las grandes plantas con altas capacidades de producción, superiores a los 100.000 litros al día, que se basaban en la centralización de materias primas para reducir costos", explica el joven. Por otra parte -continúa- algunos productores fabricaban biodiésel en casa en pequeñas instalaciones tan baratas que podían comprarse en eBay, pero cuya calidad no siempre estaba garantizada. Esta situación fomentaba la aparición de rumores sobre supuestos daños del biodiésel a los motores o la necesidad de disponer de vehículos especiales para usarlo. "Eran falacias que desacreditaron el mercado a nivel mundial", recuerda Gómez.
   Ante este panorama, este joven emprendedor decidió crear una propuesta innovadora que permitiese generar energía de manera más descentralizada, manteniendo altos estándares de calidad y que, al mismo tiempo, no obligara a incurrir en los grandes costos logísticos que encarecían en producto final, algo que estaba obligando a cerrar a algunas grandes plantas. Así nació la tecnología modular que Gómez ideó en los albores de su empresa -cuando, durante los primeros 3 años, se encargaba de dirigir el Departamento de I+D-, diseñada para producir biodiésel a partir de productos que no compiten con la producción de alimentos, como aceite procedente de algas o de la planta jatrofa.          

 "Si una empresa contaba con 1,000 litros diarios de aceite, se instalaba una planta de esa capacidad", explica el joven. "Si mañana dispone de 2.000 litros, en vez de comprar otra, se adapta la capacidad a la primera instalación para que crezca", añade Gómez y explica que esto es posible gracias a que sus equipos están automatizados y preparados para poder controlar otros componentes y "crecer a otras capacidades con solo agregar módulos de reactores".
   Estos modelos son plantas de diferentes capacidades, desde la A-400, capaz transformar 400 litros de aceite en biodiesel en un día de operación, hasta la  A-8000, de diez metros de largo por otros diez de ancho, que procesa 20 veces más materia prima que la primera en el mismo tiempo. "Nuestra tecnología opera con distintos tipos de aceites animales o vegetales, está totalmente automatizada para asegurar la calidad del producto final y su precio varía para asegurar el menor tiempo de retorno de inversión", explica Gómez, que añade que de esta forma "un mismo equipo atiende distintos nichos de mercado con tan solo variar su capacidad de producción".
   Desde su fundación, Solben ha ampliado su oferta de tecnologías y servicios y en la actualidad está utilizando parte de los ingresos procedentes de la venta de equipos para biodiésel en el desarrollo de sistemas para tratamiento de residuos, producción de biogás y etanol, entre otras aplicaciones. Algunos ejemplos de estas nuevas tecnologías son una planta de etanol modular, basada en un concepto similar a las de biodiesel pero destinada al procesamiento de residuos con alto nivel de azúcar; maquinas extractoras de aceite de semillas y refinadoras de aceites vegetales para uso industrial, y una maquina modular regeneradora de aceite mineral residual cuyo desarrollo están concluyendo actualmente.


     Además, al margen de los desarrollo que salen de su línea de I+D, la empresa que lidera Gómez se dedica también a la construcción, operación y mantenimiento de sus equipos, y prestan servicios de ingeniería, logística y análisis de calidad a sus clientes e inversores. Todo ello creado y gestionado por una plantilla cuya media de edad no llega a los 30 años, lo que -según este joven- demuestra que "la juventud mexicana puede desarrollar tecnología de alto impacto a nivel internacional".
  En los últimos años, Gómez, que continúa cursando sus estudios de Ingeniero Químico Administrativo en el Instituto Tecnológico de Monterrey (México) al tiempo que lidera el desarrollo de negocio de Solben, ha recibido multitud de reconocimientos a su precoz trayectoria emprendedora, como el premio Santander a la Innovación Empresarial en 2011, y ha fundado varias asociaciones relacionadas con el emprendimiento juvenil en  los campos de la química y la ingeniería.
  En opinión de Pere Mayol de Tord, socio de la firma de capital de riesgo Summit Venturing y miembro del jurado de los premios MIT Technology Review Innovadores menores de 35 México, Gómez es "un innovador y emprendedor nato" en cuya trayectoria resulta "impresionante" que con tan solo 22 años "haya llegado tan lejos y haya convertido un emprendimiento en una empresa con plantas de biodiesel productivas". - Elena Zafra

Fuentes: [ 1 ], [ 2 ].

viernes, mayo 17, 2013

" INVELOX: Aerogenerador de turbina muy eficiente "



  A pesar de que existen diseños y leyes muy bien establecidas en el mundo de la energía eólica, también hay desarrollos paralelos que buscan ofrecer opciones radicales y más eficientes. Uno de ellos es INVELOX, un aerogenerador creado por la empresa SheerWind. El sistema parece estar compuesto por “embudos” que enrutan y concentran el viento sobre una turbina instalada en tierra, y de acuerdo al fabricante, esto permite aumentar la potencia entre un 81 y un 660 por ciento.

*Foto: El viento es enviado a la turbina independientemente de su dirección.


¿Cómo optimizar a una turbina de viento? Si tomamos la palabra de los expertos en este campo, no sería algo del todo necesario: Sólo basta con adoptar el clásico diseño de eje horizontal con tres aspas y aplicar el tamaño suficiente en su construcción para obtener la mayor eficiencia. Por supuesto, eso no impide que existan múltiples variantes de turbinas de viento, cada una de ellas con sus defensores y detractores. En los últimos años, varias compañías han intentado ingresar al mercado con diseños revolucionarios de turbinas. La promesa de quebrar la ley de Betz, acompañada de supuestas reducciones de costos en instalación y mantenimiento están a la orden del día. Esta vez nos encontramos con el aerogenerador INVELOX, desarrollado por SheerWind.

La idea detrás de INVELOX depende de una serie de embudos que capturan el viento desde cualquier dirección. El viento es concentrado y acelerado a través de tuberías (cortesía del efecto Venturi), hasta llegar a una turbina instalada en tierra. El fabricante ha dicho que este diseño puede acelerar un viento de 16 km/h a 64 km/h, para dejar la turbina a una velocidad de 15 km/h. INVELOX también tiene la capacidad de funcionar con vientos de muy baja velocidad (1,6 km/h), algo imposible para las turbinas convencionales. En comparación con un “sistema típico”, el INVELOX puede producir entre un 81 y un 660 por ciento más de potencia. Y en cuanto a su economía, un costo de 750 dólares por kilovatio instalado debería ser un punto atractivo para proyectos de escala reducida.
Se puede ver un video explicativo de como funciona Invelox en su pagina web: http://sheerwind.com/technology

Es necesario mencionar que no se trata de tecnología particularmente nueva. El diseño parece estar inspirado en las Turbinas Compactas de Aceleración Eólica (o CWAT en inglés), que no se han convertido en una opción comercialmente viable hasta ahora. También está la declaración del incremento en la potencia del 600 por ciento. Si este "sistema convencional" que se utilizó como comparación fue instalado a la misma altura, sería una condición injusta como mínimo. Finalmente, el aerogenerador INVELOX no ha sido sometido a pruebas de agencias externas, probablemente debido a cuestiones de propiedad intelectual y seguridad. Todos están entusiasmados por declarar que han pulverizado la ley de Betz, pero seguro necesitaremos un poco más que un anuncio de prensa.

Fuente: [ 1 ].

sábado, mayo 04, 2013

" Empresa reciclará el CO2 producido para obtener otros productos químicos "

La start-up Skyonic señaló esta semana haber recaudado 9 millones de dólares de inversores corporativos para construir una planta donde convertir dióxido de carbono de una fábrica de cemento en productos químicos comunes, como el bicarbonato sódico, o polvos para hornear.


La compañía planea recaudar 35 millones de dólares para construir una planta a escala comercial para la captura de dióxido de carbono y otros gases en una fábrica de cemento alimentada por carbón de San Antonio, Texas (Estados Unidos) en 2014. Si la empresa cumple con su plan, será capaz de utilizar 83.000 toneladas cortas de dióxido de carbono procedentes de la combustión de la planta para generar 157.000 toneladas cortas de bicarbonato sódico. Su proceso también produce ácido clorhídrico y otros productos químicos.
Este tipo de captura de carbono es una alternativa a la separación del CO2 de los gases de combustión y su bombeo bajo tierra para evitar la emisión a la atmósfera. También es un intento de convertir un producto de desecho (los gases de combustión) en productos comercializables.
Además de consumir el CO2 de los gases de combustión, la compañía cree que su planta de Texas ahorrará 220,000 toneladas cortas de CO2 al evitar la contaminación procedente de la minería de las materias primas para la producción química. Skyonic tiene un contrato de 20 años con el fabricante de cemento Zachary en su planta de Texas.
A nivel global, la reducción de esta única planta es muy pequeña: se estima que las emisiones de CO2 en 2010 ascendieron a 36 mil millones de toneladas métricas.
Sin embargo, la tecnología de captura de carbono de Skyonic, llamada SkyMine, podría ser utilizada en lugares sin formaciones geológicas adecuadas, tales como cavernas subterráneas, para almacenar CO2 comprimido. Y aunque algunos se preguntan si la captura y almacenamiento de carbono puede llegar a ser económica, y en qué momento sucedería, Skyonic señala que su operación de Texas será rentable una vez que se ponga en marcha.



"Somos muy competitivos con los precios de producción de productos químicos, pero los productos químicos también son sustancias químicas técnicamente verdes", afirmó un portavoz de la compañía. "Hay sin duda un interés suficiente (entre los compradores de productos químicos) en tomar la producción de varias plantas".
Entre los inversores en esta financiación Serie C están ConocoPhilips, BP y PVS Chemicals, que estarán involucradas en la distribución del bicarbonato sódico, el ácido clorhídrico y otros productos químicos producidos por Skyonic. La compañía también recibió 25 millones de dólares del Departamento de Energía de EE.UU. para proyectos de demostración que conviertan el CO2 en productos útiles. Uno de los clientes previstos para el bicarbonato sódico es la industria ganadera, que lo utiliza para ayudar a la digestión de las crías alimentadas con cereal.
Parte de la razón por la que Skyonic asegura poder funcionar de forma rentable se debe a que los principales materiales de entrada en el proceso de SkyMine son la sal, el agua y la electricidad, fácilmente disponibles y relativamente baratos.
Los gases de combustión procedentes de la quema de gas natural o carbón se enfrían, y más tarde se aísla el CO2 y otros gases. La mezcla de las emisiones de CO2 con hidróxido de sodio crea el bicarbonato sódico, o polvo para hornear. Otro paso combina sal, agua y electricidad para crear hidróxido de sodio, así como hidrógeno y el cloro, de acuerdo con una explicación publicada en la revista E&P Magazine.
Los equipos de la empresa se pueden adaptar a los equipos existentes y pueden funcionar incluso con concentraciones relativamente bajas de CO2, según afirma un representante. Esto significa que pueden funcionar eficazmente con los gases de combustión de las plantas de gas natural.



La tecnología puede convertir altas concentraciones de CO2, pero la compañía espera que los grandes contaminadores, como por ejemplo las compañías eléctricas y las fábricas de cemento, utilicen el proceso, que consume una gran cantidad de energía, solo para cumplir con las normativas existentes. En el caso de la planta de cemento de Texas, el equipo de Skyonic capturará menos de la mitad de las emisiones.

Fuente: [ 1 ].