El biodiésel es un biocombustible líquido que se obtiene a partir de lípidos naturales como aceites vegetales o grasas animales, con o sin uso previo, mediante procesos industriales de esterificación y transesterificación, y que se aplica en la preparación de sustitutos totales o parciales del petrodiésel o gasóleo obtenido del petróleo. El biodiésel puede mezclarse con gasóleo procedente del refinado del petróleo en diferentes cantidades.
De un proyecto de investigación escolar impulsado por la osadía de un chaval de 17 años nació en 2008 la que hoy es la tecnología para la generación de biocombustibles con la que funciona el 80 por ciento de las plantas mexicanas de biodiésel.
Este chico se llama Daniel Gómez, hoy tiene 22 años y dirige la expansión comercial a Estados Unidos de "Solben", la empresa que fundó como continuación de su proyecto para "desarrollar tecnología mexicana de alta calidad para producir energías alternativas con las que realizar la transición hacia una economía baja en carbono", según sus propias palabras.
Estos objetivos parecen hoy un poco más cercanos, dadas las cifras de adopción del sistema de las que hace gala la empresa. Sin embargo, cuando Gómez inició su proyecto encontró en México un mercado del biodiesel dividido en dos escenarios con planteamientos muy alejados entre sí. "Por un lado estaban las grandes plantas con altas capacidades de producción, superiores a los 100.000 litros al día, que se basaban en la centralización de materias primas para reducir costos", explica el joven. Por otra parte -continúa- algunos productores fabricaban biodiésel en casa en pequeñas instalaciones tan baratas que podían comprarse en eBay, pero cuya calidad no siempre estaba garantizada. Esta situación fomentaba la aparición de rumores sobre supuestos daños del biodiésel a los motores o la necesidad de disponer de vehículos especiales para usarlo. "Eran falacias que desacreditaron el mercado a nivel mundial", recuerda Gómez.
Ante este panorama, este joven emprendedor decidió crear una propuesta innovadora que permitiese generar energía de manera más descentralizada, manteniendo altos estándares de calidad y que, al mismo tiempo, no obligara a incurrir en los grandes costos logísticos que encarecían en producto final, algo que estaba obligando a cerrar a algunas grandes plantas. Así nació la tecnología modular que Gómez ideó en los albores de su empresa -cuando, durante los primeros 3 años, se encargaba de dirigir el Departamento de I+D-, diseñada para producir biodiésel a partir de productos que no compiten con la producción de alimentos, como aceite procedente de algas o de la planta jatrofa.
Estos modelos son plantas de diferentes capacidades, desde la A-400, capaz transformar 400 litros de aceite en biodiesel en un día de operación, hasta la A-8000, de diez metros de largo por otros diez de ancho, que procesa 20 veces más materia prima que la primera en el mismo tiempo. "Nuestra tecnología opera con distintos tipos de aceites animales o vegetales, está totalmente automatizada para asegurar la calidad del producto final y su precio varía para asegurar el menor tiempo de retorno de inversión", explica Gómez, que añade que de esta forma "un mismo equipo atiende distintos nichos de mercado con tan solo variar su capacidad de producción".
Desde su fundación, Solben ha ampliado su oferta de tecnologías y servicios y en la actualidad está utilizando parte de los ingresos procedentes de la venta de equipos para biodiésel en el desarrollo de sistemas para tratamiento de residuos, producción de biogás y etanol, entre otras aplicaciones. Algunos ejemplos de estas nuevas tecnologías son una planta de etanol modular, basada en un concepto similar a las de biodiesel pero destinada al procesamiento de residuos con alto nivel de azúcar; maquinas extractoras de aceite de semillas y refinadoras de aceites vegetales para uso industrial, y una maquina modular regeneradora de aceite mineral residual cuyo desarrollo están concluyendo actualmente.
En los últimos años, Gómez, que continúa cursando sus estudios de Ingeniero Químico Administrativo en el Instituto Tecnológico de Monterrey (México) al tiempo que lidera el desarrollo de negocio de Solben, ha recibido multitud de reconocimientos a su precoz trayectoria emprendedora, como el premio Santander a la Innovación Empresarial en 2011, y ha fundado varias asociaciones relacionadas con el emprendimiento juvenil en los campos de la química y la ingeniería.
En opinión de Pere Mayol de Tord, socio de la firma de capital de riesgo Summit Venturing y miembro del jurado de los premios MIT Technology Review Innovadores menores de 35 México, Gómez es "un innovador y emprendedor nato" en cuya trayectoria resulta "impresionante" que con tan solo 22 años "haya llegado tan lejos y haya convertido un emprendimiento en una empresa con plantas de biodiesel productivas". - Elena Zafra
Fuentes: [ 1 ], [ 2 ].
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