domingo, mayo 17, 2009

" Mercurio rojo, Mito o realidad ?


A finales del siglo pasado se empezó a hablar, en la comunidad de inteligencia norteamericana, de un revolucionario explosivo ruso capaz de abaratar el coste de las armas nucleares y de permitir la proliferación de las mismas.
En 1995, Predag Ceranic, antiguo jefe de la policía secreta de Radovan Karadzic, líder de los serbios de Bosnia, contó al New York Times la intención de su jefe de comprar «un arma secreta que acabaría con la guerra en la antigua Yugoslavia». El asunto acabó en un colosal fraude. Después de pagar seis millones de dólares, el «arma secreta» que adquirió el psiquiatra de Pale fue una pequeña maleta en cuyo interior había una sustancia de color rojo similar a la gelatina que se utiliza en repostería.
En abril de 1992, el Departamento de Energía norteamericano hizo público un informe titulado «Red Mercury: caveat emptor: Office of Nonproliferation Technology Support». Como suele ocurrir en estos casos, el trabajo sólo lo leyeron la CIA, los amigos del autor y ... Frank Barnaby, prestigioso científico del SIPRI que tuvo la osadía de «traducir» su contenido al lenguaje del hombre de la calle y publicarlo en una de las revistas militares más prestigiosas del mundo. El arma secreta que el líder de los serbios de Bosnia creyó comprar era Mercurio rojo.
La polémica bomba de neutrones desplegada por EE.UU a finales de 1979 en Europa Occidental estaba pensada para utilizarla en el medio urbano. Dicha bomba fue diseñada como «arma de destrucción masiva», pero sin recurrir a una bomba atómica pura. Es decir, los efectos de radiactividad, onda de choque /presión y calor serían menores, mientras que cada neutrón se convertiría en un proyectil capaz de perforar cualquier objeto matando a los seres vivos, los bienes e inmuebles quedarían intactos tras un ataque con este tipo de arma. Este efecto es el que se buscaba con la bomba N o de neutrones, llamada también «bomba de radiación forzada».
Los soviéticos no se quedaron quietos y, naturalmente, investigaron su propia bomba N. En el curso de sus investigaciones y sin que lo buscaran expresamente, se encontraron con el óxido doble de antimonio y mercurio, un polvo rojo que, con el tiempo, se convertiría en un potente explosivo. De acuerdo con las investigaciones del Dr. Barnaby, el mercurio rojo podría producir energía suficiente para lograr la fusión de los núcleos de hidrógeno, por lo que podría emplearse para detonar bombas del tipo A. En tal caso, el mercurio rojo no sólo reduciría la radiactividad, convirtiéndola en una bomba de neutrones, sino que pesaría muchísimo menos.
Según el Dr. Barnaby, a finales del siglo XX, la producción de mercurio rojo en diversas fábricas secretas de Rusia era de 60/70 kilógramos al año. Aunque los casos de venta ilegal de este poderoso explosivo han acabado en unos grandes timos, algunos servicios de inteligencia occidentales creen que no todo lo relacionado con el mercurio rojo lo sea. Estos piensan que, con la información disponible hoy día, el precio de una bomba de radiación forzada (1 kilogramo de mercurio rojo) cuesta 300.000 dólares, y en el mercado negro un millón, cifras al alcance de gobiernos sin escrúpulos y organizaciones terroristas. Con la desaparición de la Unión Soviética el arsenal de armas de destrucción masiva pasó a la Federación Rusa, heredera de la primera.
El 11 de abril de 1992, Boris Yeltzin, el nuevo líder del Kremlin, prohibía los programas biológicos
contrarios a la Convención de 1972, al tiempo que paralizaba los dedicados a nuevas armas nucleares. La 15ª Dirección del Ministerio de Defensa, encargada del programa NBQ ruso, quedó
suprimida mediante decreto y todos sus centros de investigación y producción fueron cerrados.
Bueno, eso pensaron algunos inocentes. A finales de año, el flamante Ministerio de Defensa creó
una «nueva» organización denominada Dirección de Protección NBQ (Nuclear, Biológica y Química) y, como era de esperar, Yeltzin la puso bajo el mando del general Valentín
Evstigneev, el mismo jefe militar que meses antes la dirigía, solo que esta vez la siniestra 15ª División volvía con más fuerza y medios. El mercurio rojo tenía vía libre.

Controversia:
Las primeras referencias a este elemento se produce poco después de que se supiera de la existencia de la bomba N por parte de los miembros de la OTAN. La bomba N era una bomba tan potente como una nuclear pero que sólo erradicaba las formas de vida, dejando intactas las estructuras.
Se supone que al enterarse de la existencia de esta bomba los servicios de inteligencia sovieticos se comenzó un programa por parte de los paises del Pacto de Varsovia para desarrollar una bomba basada en el Mercurio Rojo.
Este componente se creía que era más potente que los empleados en las bombas nucleares de la época. Tenía la ventaja de su pequeño tamaño, que hacía que se pudieran construir bombas muy potentes con un tamaño mínimo.
Al final se ha demostrado que este componente no ha existido ni existe, fue todo una invención por parte de los servicios secretos de la OTAN para promover la desinformación entre el bloque del este

Aparte de una leyenda surgida de la antigua URSS, casi nadie parece haber visto nunca esta misteriosa sustancia, que ha sido objeto de estafas históricas. Son muchos los informes de oscuras tramas y tratos sobre la compraventa de este preciado compuesto. Algunas de estas historias son especialmente violentas, relacionadas con grupos terroristas y asesinatos nunca resueltos, como el del empresario sudafricano Alan Kidger, con el mercado secreto de mercurio rojo. A principios de los 90 supuestos informes secretos de la antigua Unión Soviética, filtrados convenientemente hablaban de esta sustancia capaz de «alear materias primas con estroncio, cesio y otros isótopos».
Esta substancia ha entrado de lleno en el terreno de la leyenda, no es para menos pues, según algunas fuentes, su precio en el mercado ilegal se encontraría en varios miles de euros por gramo. En este caso, como en muchos otros, separar el mito de la realidad se ha vuelto muy complicado.
Un hombre prueba una máquina de coser antigua, de la presencia de 'mercurio rojo' con su teléfono móvil en Ibn Kassem zoco en Riad, el 18 de abril de 2009. La policía de Arabia Saudita está investigando el origen de una falsa alarma de que había cientos de personas que creen que las viejas máquinas de coser pueden traer la fortuna, ya que contenía una difícil, y probablemente mítica, sustancia conocida como mercurio rojo. El periódico Inglés-Saudi Gazette dijo que algunos compradores están dispuestos a pagar hasta 200.000 rials (50.000) por una vieja máquina de coser Singer, que demuestre contener mercurio rojo. Los teléfonos móviles son supuestamente empleados como instrumentos para probar la existencia de la falsa sustancia, ya que se cree, que dejan de funcionar en la presencia de esta.

Fuentes: [ 1 ], [2], [3].

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No lo pienses deja tu comentario.