Internet vuelve a ser noticia para el mundo empresarial. Una encuesta de CareerBuilder reveló que casi la mitad de los empleadores monitorean el uso de internet y los emails de los empleados, y que 21% de ellos han despedido a alguien por utilizar la red para actividades diferentes a las del trabajo. Los autores del reporte advierten que, aunque los directivos son conscientes de que sus empleados invierten algún tiempo del día en asuntos privados, se debe tener cuidado con el uso que se le da a internet en la oficina. Por Catalina Franco R.
Llegan dias festivos y con ello las compras para sumarse al cansancio, las ganas de vacaciones y la sensación de haber terminado la tarea por parte de los trabajadores. Probablemente, todo esto fomenta el uso del tiempo en la empresa para asuntos y actividades que poco o nada tienen que ver con la rutina laboral, sobre todo con las amplias posibilidades de comercio virtual y reserva de planes vacaciones con las que se cuenta hoy en día.
Pero los empleados deben ir con cuidado y elegir con cautela la forma en la que distribuyen el tiempo en sus horarios laborales ya que, según reveló una encuesta de CareerBuilder, casi la mitad (47%) de los directivos monitorean el uso de internet y los correos electrónicos de sus trabajadores, lo que se ha convertido en un motivo de despido en muchos de los casos.
La encuesta, que fue realizada entre más de 2400 empleadores y más de 3100 empleados, también encontró que 29% de los empleados afirman haber realizado compras por internet para las vacaciones, igual a como lo han hecho en años anteriores.
Los resultados de esta encuesta con una especie de alerta tanto para directivos como para empleados: los directivos, que hasta ahora han tenido claro que sus trabajadores invierten alguna porción de tiempo de trabajo en asuntos personales, podrán ver que, de pronto, esa porción es más grande de lo que creían; mientras que los empleados deberán tener más cuidado a la hora de invertir más tiempo del necesario en actividades diferentes al trabajo durante las horas de oficina si no quieren llevarse sorpresas.
Y es que, según la encuesta, 21% de los directivos afirman haber despedido a un empleado por utilizar internet para actividades que no estaban relacionadas con el trabajo, 5% lo han hecho por realizar compras por internet para vacaciones en horas laborales y 9% por enviar correos electrónicos no relacionados con el trabajo; mientras que 27% afirman monitorear los emails; y 50% dicen bloquear el acceso de los trabajadores a ciertos sitios web en horas de trabajo.
Por su parte, 13% de los empleados afirman invertir una hora o más en actividades no relacionadas con el trabajo en internet durante horas laborales en un día cualquiera y 59% dicen enviar correos electrónicos no relacionados con el trabajo todos los días (16% aseguran enviar seis o más emails de este tipo en un día normal).
Además, de los empleados que piensan realizar compras en línea para estas vacaciones en horas de trabajo, 27% invertirán una hora o más en ello y 13% invertirán dos horas o más.
Al parecer, los trabajadores no están teniendo muy en cuenta las políticas de sus compañías a la hora de monitorear el uso de internet. Como lo explica Rosemary Haefner, vicepresidenta de recursos humanos en CareerBuilder, “Los empleados deben ser conscientes de cuánto tiempo están pasando en línea, independientemente del momento del año que sea. La mayoría de los empleadores saben que sus empleados pueden usar algún tiempo durante un día de trabajo para hacer compras por internet, enviar emails que no son de trabajo y otros asuntos personales, pero los empleados deben ser conscientes acerca de si sus directivos tienen normas específicas activas que restrinjan estos comportamientos”.
Privacidad vs. control
El uso de internet en las compañías y su monitoreo por parte de los directivos constituye un tema delicado, ya que se adentra en el borroso límite que hay entre el control legítimo que deben y pueden tener las empresas sobre su personal, y la vida privada de cada una de las personas que trabajan para ellas.
Lo más importante es que las normas estén claras desde el principio entre las compañías y sus empleados, de manera que cada uno actúe de acuerdo con ese reglamento que aceptó para su trabajo diario, evitando así sorpresas que pueden resultar muy negativas para todos y terminar afectando a las personas, las empresas y los negocios en general.
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